Es muy importante hacer un buen barbecho químico previo a la siembra, que será decisivo en el arranque del cultivo. Según localidades y el espectro de maleza, se deben programar los herbicidas de pre-emergencia; en pos-emergencia, el empleo de graminicidas es una importante herramienta para el control de hoja angosta. En el caso de “malezas de hoja ancha”, la disponibilidad de herbicida es menor, se recomienda Fomesafen (Flex) en malezas de pequeños porte; luego de ello, existe escape.
Las necesidades de agua en poroto oscilan entre los 300-350 mm (uso consuntivo) según el clima. Los períodos críticos son prefloración, floración y formación de granos.
El estrés hídrico, por un período prolongado, puede afectar el rendimiento potencial, especialmente si ocurre en las fases antes mencionadas. En caso de un año con fuerte sequía, como los dos últimos, es importante tener en cuenta:
A) “Decidir la siembra según el perfil de humedad” acumulada. Lo tendrá que determinar el mismo productor, en el momento de decidir la siembra. Elegir lotes con buena cobertura (60%); en lo posible, que el cultivo antecesor sea maíz
B) “Sembrar en fechas óptimas”, tratando de no realizar siembras tardías por el peligro de tener que soportar heladas tempranas.
C) Debido a que la mayoría de las enfermedades se transmiten por semilla, es importante partir con “semilla certificada”.
D) Acortar la “distancia de siembra”, según lo permita la variedad utilizada, para lograr un rápido cerrado del cultivo.
E) Utilizar variedades de “ciclo corto”, como TUC 510 y JEO, o la reciente variedad inscripta por la Eeaoc, TUC 300.
F) En condiciones de sequía, la presencia de “mosca blanca”, Elasmospalpus, “orugas” y “picudos”, pueden incrementarse. Por lo tanto, hay que estar atentos a las aplicaciones realizadas de insecticidas para su control.
G) Dentro de las enfermedades, la “podredumbre carbonosa” causada por Macrophomina phaseolina puede ocasionar pérdidas importantes en algunos lotes.